Rinoplastia

En la primera consulta, llevamos a cabo una entrevista personal y una anamnesis médica del paciente. Este paso es fundamental, ya que nos permite comprender cuáles son los objetivos del paciente con respecto a su nariz. Podemos decir que la rinoplastia, en nuestro caso, se trata de una intervención altamente personalizada.

En una rinoplastia se pueden cambiar muchos aspectos, y nosotros sólo modificamos aquello que nos solicita el paciente. Una rinoplastia puede estar perfectamente realizada técnicamente, pero si no se acerca a los objetivos del paciente no será un resultado óptimo.

Tras marcarnos los objetivos, tanto paciente como cirujano, realizamos una simulación 3D del aspecto final de la nariz así como una operación virtual de la intervención a realizar en el paciente.

Es decir operamos al paciente previamente en el ordenador antes que en quirófano. Incluso, en casos complejos, imprimimos un modelo 3D  de resina en nuestras impresoras para trabajar las técnicas quirúrgicas sobre el modelo y poder predecir el comportamiento de la nariz en quirófano.

En la mayoría de los casos, salvo narices complejas o cirugías de revisión, realizamos rinoplastia ultrasónica mínimamente invasiva. Esta técnica se centra en incisiones pequeñas y el uso de ultrasonido para lograr resultados más precisos y una recuperación más rápida.

A través de pequeñas incisiones, realizamos las distintas técnicas que requiera cada nariz, como la fractura controlada de huesos propios para reposicionamiento o estrechamiento, la regularización de la giba dorsal (la protuberancia en el puente de la nariz) y la septoplastia (corrección del tabique nasal desviado).

Por último nos enfocamos en las distintas técnicas de suturas y/o injertos sobre la punta nasal, para obtener una nariz funcional y estética para el paciente.

Después de la cirugía, se colocan apósitos. En la mayoría de nuestras intervenciones no colocamos yeso / férulas nasales o taponamientos.

Posteriormente realizamos un seguimiento del paciente.