
Los defectos en la posición de los dientes y los huesos, pueden comenzar a manifestarse precozmente, generalmente cuando el niño va perdiendo los dientes de leche y son sustituidos poco a poco por los dientes definitivos. Este es el momento ideal para solicitar consejo del odontopediatra que le indicará cual es el mejor momento.
Habitualmente, la mayoría de los pacientes suelen comenzar su tratamiento de ortodoncia entre los 6 a los 14 años. Esto depende de la salida de los dientes y muelas permanentes, y del crecimiento de óseo, cuyos defectos precisan de una corrección inmediata.
En definitiva, es necesario depositar la confianza en un profesional, quien en base a su experiencia clínica y criterio ético debe decidir cuál es la edad más adecuada para iniciar un tratamiento de Ortodoncia en el caso de que sea necesario.
De ser así lo ideal sería realizar un tratamiento de ortodoncia en tres fases:
– Primera fase
La primera fase del tratamiento permitirá «preparar el camino» para que los dientes definitivos se sitúen en la posición mas adecuada en la boca del niño.
Con la primera fase, pretendemos mantener o crear espacio para los dientes, corregir hábitos y lograr una buena relación ósea entre los huesos maxilar y mandíbula.
Gracias a que el niño esta en etapa de crecimiento, con los aparatos iremos dirigiendo el desarrollo de los maxilares de forma que estos puedan dar cabida a los dientes definitivos y además mantengan una correcta relación entre maxilar superior y mandíbula.
– Fase de descanso
Tras esta fase inicial de tratamiento, pasaremos a un periodo de descanso donde se vigilará la erupción de los dientes permanentes manteniendo los resultados de ésta mediante retenedores nocturnos que han de ser revisados de forma periódica.
– Segunda fase
El objetivo de la segunda fase del tratamiento ortodóncico es asegurarse de que cada diente tenga una ubicación específica de forma armónica con los labios, las mejillas, la lengua y el resto de dientes.
Una vez equilibrados todos estos factores, los dientes funcionarán en conjunto correctamente.
En esta segunda fase sólo realizamos movimientos exclusivamente dentales o leves movimientos ortodóncico-ortopédico si todavía quedara algún defecto óseo por resolver. Generalmente esta fase comienza cuando ya han salido todos los dientes definitivos.
Al finalizar el tratamiento se utilizarán retenedores para estabilizar el resultado a largo plazo.
Sin duda el tratamiento estrella en los niños es la ortodoncia ya que al tomar medidas desde un principio los resultados que proporciona el aparato son maravillosos, la estética y la funcionalidad van de la mano.
INSTITUTO PROFESOR SADA
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