
Las encías están hechas de un tejido blando, muy parecido a la piel y son las responsables de cubrir los huesos que sostienen nuestras piezas dentales. Son como la armadura que lo protegen. Estas forman un sellado fuerte alrededor de los dientes limitando así las zonas en las que puede acumularse la placa bacteriana.
Hablando en términos generales, las encías son las grandes olvidadas en la salud bucodental, pero ¿cómo sabemos si tenemos unas encías sanas?Existen ciertas características que nos indican el estado en el que se encuentran, una encía sana suele tener un color rosado claro o coral (cierto es que dependiendo de tu etnia pueden tener otra pigmentación), sin sangrado ni inflamación de las papilas interdentales y por supuesto sin retracción. El mal aliento, el dolor agudo y sangrado de la encía son grandes indicadores. Si experimentamos alguno de estos síntomas con regularidad lo más probable es que tengamos una enfermedad gingival.
Si durante el cepillado y el uso de hilo dental sufrimos irritación, es un signo claro de gingivitis. ¡Un error muy común de los pacientes es reducir su limpieza bucal por miedo a agravar el problema de sangrado!
Muchos caen en el error de pensar que sus encías están sanas cuando no es así, la gingivitis es una afección bucal silenciosa, no tiene por qué presentar sintomatología por lo que las revisiones odontológicas resultan primordiales para detectar y tratarla a tiempo.
¿Existen causas o desencadenantes? A decir verdad, son muchos los factores que intervienen; hormonas, enfermedades generales, infección bacteriana, una dieta poco equilibrada, situaciones de estrés o nerviosismo agudo, inmunodeficiencia o situación de bajada de defensas, un estilo de vida poco saludable, consumo de alcohol , tabaquismo, infecciones previas y una escasa o deficiente higiene bucodental…Estas dos últimas suelen ser las causas más comunes y frecuentes, tal poder tiene laplaca bacteriana que es capaz de alterar la configuración normal de la encía, debilitándola, y consiguiendo acceder fácilmente hacia el interior dando lugar a una inflamación e irritación de la misma.?
¿Cómo podemos tratarla?
Lo responsable y mas conveniente es acudir a profesionales que den un diagnóstico y pauten los tratamientos mas adecuados, siempre de una manera personalizada e individualizada. Si no tratamos el problema a tiempo, podemos llegar a debilitar el sellado entre las encías y los dientes dando lugar a uno de los niveles más graves de gingivitis: la periodontitis, la cual puede causar hasta la pérdida de dientes.
Es fundamental que los pacientes tengan una higiene dental habitual y de calidad. Por medio del cepillado dental y el uso de seda dental o cepillos interproximales, después de cada comida podemos prevenir las enfermedades periodontales.?Respecto al tratamiento profesional hay varios procedimientos dependiendo de la gravedad de la afección, desde un raspado y alisado radicular a la cirugía periodontal o extracción de piezas.?
El tratamiento se enfoca a la destrucción de los microorganismos bucales causantes de la infección mediante una limpieza profesional, el uso enjuagues de peróxido de hidrógeno y clorhexidina así como el eliminación del tejido necrótico mediante tratamiento periodontal, si fuese necesario.
En ciertos casos se llevan a cabo estudios microbiológicos a para detectar el tipo de bacteria e instaurar el antibiótico más apropiado.
En estos pacientes es importante llevar a cabo un programa de mantenimientos para evitar la recidiva de la enfermedad.
Siempre se dará prioridad a los síntomas de urgencia como puedes ser las supuraciones o abscesos y por supuesto un saneamiento del resto de la boca (endodoncias, obturaciones extracciones… en el caso de ser necesarias para conseguir una buena salud bucal en el paciente).?La técnica quirúrgica es sencilla, consiste en abrir la encía para conseguir un mejor acceso a las raíces dentarias y eliminar toda la placa bacteriana.
¿Podemos luchar por unas encías sanas?
Mantén una higiene bucodental correcta, es el fundamento para tener unas encías sanas. La combinación de herramientas de limpieza es clave, el cepillado dental debe ir acompañado del uso de enjuague bucal y de hilo dental. La lengua y las encías tienen la misma importancia que los dientes, no te olvides de ellas. Además, es mas que recomendable visitar de forma periódica a tu dentista para complementar la limpieza diaria con una limpieza dental con técnicas profesionales.
Emplea de productos de higiene bucal adecuados, no todos los dentífricos son iguales
Evitar fumar, llevar un estilo de vida saludable y una dieta rica en vitamina C, la cual resulta muy beneficiosa para potenciar la síntesis del colágeno, componente de nuestras encías.
Incorporar todos estos consejos a tu etilo de vida es fundamental para prevenir la aparición de esta enfermedad, que puede dejar secuelas importantes en la encía del paciente.
Ya sabéis no olvidéis vuestras revisiones que como dice el refrán “más vale prevenir que curar”
DRA. DANIELA CARRANZA
ODONTOLOGA Y CODIRECTORA DE INSTITUTO PROFESOR SADA
WWW.PROFESORSADA.COM
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