
Tras meses de confinamiento, por fin hemos entrado en contacto con la llamada “nueva normalidad”, una situación que nada tiene que ver con los veranos a los que estábamos acostumbrados, pasar días en las piscina o irnos a la playa, ahora parecen el mejor de los regalos. Eso sí, hemos de seguir siendo responsables pues el coronavirus sigue merodeando invisible por las calles de nuestras ciudades.
Como expertos en salud bucodental, nuestro deber es informaros de los efectos que el cloro de las piscinas y el salitre del mar pueden provocar en vuestros dientes.

Es importante que antes de poner rumbo a vuestro destino vacacional, acudáis con cita previa al dentista, esta visita es muy importante ya que tras realizar una revisión bucodental detallada conoceréis si vuestra salud dental está en optimas condiciones para el viaje.
Debéis tener en cuenta que, si pasáis muchas horas en la piscina, el cloro con el que tratan el agua puede llegar a dañar las encías. El pH del agua tiene un efecto erosivo que, en pequeñas dosis, no supone un problema, pero si tenemos un contacto continuado puede llegar a aportar acidez a nuestra boca, provocando el desgaste prematuro del esmalte. Ahora, en la “nueva normalidad” las medidas de higiene y desinfección se han extremado por lo que, en algunas piscinas, los niveles de cloro son más elevados y por lo tanto se eleva la capacidad de erosión. El pH de nuestra saliva se eleva cuando entra en contacto con el cloro y es ahí cuando daña los dientes.
La acidez es, sin duda, un factor clave para el deterioro de nuestros dientes; debido la descomposición de las proteínas que se encuentran en nuestra boca se elevan los depósitos orgánicos, provocando la aparición de placa bacteriana y como resultado, el cúmulo de sarro.
Desde Instituto Profesor Sada y como profesionales de la odontología, recomendamos enjuagar la boca con agua mineral varias veces para retirar el cloro de dientes y encías y terminar el día enjuagando la boca con colutorios antibacterianos. No olvides acompañar tu higiene dental con pasta de dientes fluorada para contrarrestar la acidez en la boca.
Por el contrario, el agua del mar resulta beneficiosa para la boca, ya que ayuda a reducir las bacterias gracias a las sales que contiene. Ahora bien, no confundamos, tragar agua del mar no es de lejos, una técnica de limpieza adecuada.
INSTITUTO PROFESOR SADA
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